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Vivir con cáncer de páncreas: la historia de Norman Correa

El cáncer de páncreas es uno de los de peor pronóstico. Silencioso en los primeros estadios, cuando los síntomas aparecen el cáncer está muy avanzado y, a menudo, ha hecho metástasis. Así le pasó a Norman Correa y esta es su historia.

Con el testimonio de Norman Correa, paciente de cáncer de páncreas de Medellín.

Norman Correa es un hombre lleno de vida, un optimista nato que contagia con su energía a quienes lo rodean. No deja de hacer bromas a su esposa, habla con orgullo de sus hijos y cuenta mil anécdotas de su vida, como que ha tenido tres anillos de boda porque los dos primeros los perdió y el que luce ahora pertenecía a la abuela de Dory, su esposa; curiosamente, le calzó perfecto. Mientras conversamos, con su inconfundible acento paisa, lanza una afirmación que estremece: «Yo tenía que haber muerto hace más de un año».

Cáncer de páncreas - Doctor dando apoyo emocional

En diciembre de 2022, a Norman le diagnosticaron cáncer de páncreas. La noticia no podía ser peor: el cáncer estaba en etapa 4 y ya había hecho metástasis en el hígado y el pulmón. Tras múltiples pruebas realizadas a través de Coomeva Medicina Prepagada, llegó el diagnóstico más temido: su cáncer era inoperable. Recuerda ese día como el más duro de su vida. Tras una biopsia que confirmaba el diagnóstico, su médica le tomó la mano, lo miró fijamente a los ojos y, sin necesidad de palabras, le dijo todo. «Me dio a entender que no había esperanza, que estaba sentenciado».

Norman Correa, paciente de cáncer de páncreas de Medellín

Con una expectativa de vida de apenas unos meses, Norman ingresó a nuestro programa Juntos de cuidados paliativos en la Clínica El Rosario de Medellín y comenzó la quimioterapia al día siguiente. Poco a poco, fue aceptando su enfermedad y preparándose para el final sin resentimiento. «Nadie se queda para siempre en este mundo, solo que a algunos nos toca irnos un poquito antes», dice con serenidad. Con la claridad que da la aceptación, Norman se dedicó a poner en orden todos los asuntos pendientes con su esposa y esperó sin prisa que llegara su último adiós. Incluso escribió sus propias palabras de despedida para que fueran leídas en su funeral. Pero la vida no pensaba abandonarlo tan rápido.

Dos años después, su pulmón está limpio de cáncer, el hígado tiene apenas unos vestigios y, aunque es muy consciente de que no está curado, planea viajar con su esposa en 2025 para asistir al matrimonio de un familiar cercano que vive en las islas Canarias. «Acepto lo que tenga que pasar, pero sí quisiera estar un poco más de tiempo…».

Norman lleva 26 años afiliado a Coomeva Medicina Prepagada y no tiene más que palabras de agradecimiento por el servicio recibido que, asegura, ha sido ágil y eficiente. A diferencia de muchos otros pacientes, él nunca tuvo que preocuparse por trámites administrativos, hacer filas o esperar por días para hacerse una prueba médica. Se pudo concentrar en cuerpo y alma en su tratamiento. «Siempre he seguido todas las recomendaciones de mi médica tratante y no me he dejado abatir; en la medida de lo posible, he continuado con mi vida normal». También agradece los avances médicos. En Coomeva Medicina Prepagada dice haber encontrado una tecnología de primer nivel y profesionales médicos muy preparados, con un gran sentido humano. «No me ha faltado nada», asegura.

El apoyo de su familia, sus amigos y la oración (es devoto de la Virgen de Medjugorje), han sido sus pilares incondicionales a lo largo de la enfermedad. Desde que inició el tratamiento, ha perdido 28 kilos y ha pasado por 40 sesiones de quimioterapia, pero no ha perdido la vitalidad.

Apoyo familiar

La enfermedad también le trajo personas a las que nunca pensó volver a ver. Las redes sociales le permitieron reencontrarse con decenas de mujeres que, años atrás, trabajaron en la empresa de confección que Norman y su familia tenían. Desde que supieron de su enfermedad, sus antiguas empleadas lo han acompañado con una profunda gratitud por favores que Norman ni siquiera recordaba haber hecho. «Mi hija es profesional gracias a usted», «Usted me ayudó a tener casa propia». Un caso tras otro confirmaba lo que Norman siempre ha defendido: «Hay que ser buenas personas, nobles, con valores, con ética. Entender que lo más valioso es lo que hacemos por los demás. Esa es la verdadera herencia que dejamos cuando nos vamos de esta vida».

Hoy, la historia de Norman no es solo la de un hombre que lucha contra una enfermedad devastadora, sino la de alguien que, ante la adversidad más extrema, ha encontrado la manera de vivir con dignidad, humor y una paz interior envidiables. Además, él busca ser un referente de esperanza y fortaleza para otros pacientes que atraviesan situaciones similares, mostrándoles que, incluso en los momentos más difíciles, es posible encontrar fe y resiliencia.

Nota de Coomeva Medicina Prepagada

Como Norman, cientos de personas están hoy en tratamiento contra el cáncer con Coomeva Medicina Prepagada, atendidos con servicios médicos de los más altos estándares. No podemos decidir sobre la vida y la muerte, pero hacemos todo lo necesario y mucho más, para nuestros usuarios que siempre pueden contar con nosotros. Recuerda que, para Coomeva Medicina Prepagada, Cuidarte es Quererte.

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