Estar informado es la mejor forma de tomar la decisión que tu familia y tú necesitan
Los amores imposibles han inspirado historias, canciones y suspiros a lo largo de la historia. Ya se trate de un amor platónico, una relación prohibida o, simplemente, alguien que no siente lo mismo por ti, ¿por qué nos obsesionamos con lo inalcanzable?
Seguro que alguna vez has sentido esa atracción irresistible por alguien que, por más que lo desees, no puede estar contigo. Quizá porque se trata de alguien difícilmente accesible, como alguien del mundo del espectáculo, de la ciencia, un deportista internacional o hasta alguien que se dedique a la política (en general, una figura pública) o quizá es alguien de tu círculo social, pero que ya tiene pareja y muy estable o que, por cualquier otra razón, sería imposible que tu familia lo admitiera. En fin, eso que sientes tan fuerte se conoce como amor imposible: un enamoramiento que hace sufrir porque no puede materializarse en una relación real y que puede afectar tu salud más de lo que imaginas.
Cuando te enamoras, tu cerebro libera dopamina, la hormona del placer, y oxitocina, la conocida «hormona del amor». Pero cuando el amor no es correspondido, el sistema de recompensa del cerebro se activa de manera similar a como lo hace con una adicción. Según estudios en neurociencia, las personas que experimentan un amor imposible muestran actividad en las mismas áreas cerebrales que quienes sufren un síndrome de abstinencia. Es decir, tu cerebro actúa como si estuvieras dejando una droga, lo que puede generar ansiedad, insomnio y hasta síntomas depresivos.
El sufrimiento por un amor imposible no solo se queda en la mente. La angustia emocional activa el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, lo que incrementa la producción de cortisol, la hormona del estrés. A largo plazo, los niveles altos de cortisol pueden afectar tu sistema inmunológico, hacerte más propenso a enfermedades, alterar tu digestión y provocar tensión muscular.
Nuestro cerebro está programado para valorar más aquello que es escaso o difícil de conseguir. Es un fenómeno psicológico llamado «reactancia», que nos hace desear con más intensidad lo que percibimos como prohibido o fuera de nuestro alcance. Además, la dopamina, el neurotransmisor del placer y la recompensa, se activa con fuerza cuando enfrentamos un desafío, como conquistar a alguien que parece inaccesible. Lo curioso es que muchas veces no nos enamoramos de la persona real, sino de la versión idealizada que construimos en nuestra mente. Y ahí está la trampa: cuanto más imposible parece el amor, más perfecto nos parece porque tendemos a idealizarlo.
No todo está perdido. Aunque un amor imposible pueda hacerte sentir atrapado en una espiral de emociones, hay formas de salir adelante:
Reconocer que esa relación no puede ser te ayudará a procesar el duelo emocional.
El apoyo social es clave para fortalecer tu autoestima y bienestar emocional.
Haz ejercicio, aprende algo nuevo o dedícate a proyectos que te motiven.
Un psicólogo puede ayudarte a entender tus emociones y a desarrollar herramientas para superarlas.
Los amores imposibles pueden doler, pero también pueden ser una oportunidad para conocerte mejor y crecer emocionalmente. Al final, la mejor historia de amor que puedes construir es la que tienes contigo mismo.
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