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Seguramente has oído hablar de la viruela símica, una enfermedad zoonótica viral que ha ganado atención en los últimos años debido a brotes en varios países. Este artículo busca responder las preguntas clave sobre esta enfermedad, desde su origen hasta la forma de prevenirla y los cuidados que debes tener.
Con la asesoría de Sandra Muñoz, médica epidemióloga de Coomeva Medicina Prepagada
La viruela símica se identificó por primera vez en 1958 en colonias de monos utilizados para la investigación, de ahí que inicialmente fuera conocida como «viruela del mono». Sin embargo, el primer caso humano se detectó en 1970 en la República Democrática del Congo. Desde entonces, se han reportado casos esporádicos en países de África central y occidental, donde el virus es endémico, especialmente en áreas con contacto cercano entre humanos y animales silvestres. La OMS anunció una emergencia de salud pública en 2022, cuando se observaron brotes significativos en países fuera de África como Estados Unidos, España, Reino Unido, y Brasil. En 2024, una nueva variante ha vuelto a activar la alarma.
La viruela símica es causada por el virus Orthopoxvirus, que pertenece a la misma familia de virus que la viruela humana. Aunque sus síntomas son similares a los de la viruela, suelen ser menos graves, e incluyen:
El virus de la viruela símica se transmite principalmente a través del contacto directo con lesiones en la piel o mucosas de personas infectadas. Es importante destacar que el contacto cercano, como relaciones sexuales, también ha sido identificado como una vía de transmisión en los brotes recientes. Aunque es mucho menos probable, también puede propagarse a través de las gotitas respiratorias en interacciones prolongadas cara a cara.
El diagnóstico de la viruela símica se basa en la identificación de los síntomas característicos, especialmente la erupción cutánea. Sin embargo, para confirmarlo, se requiere una prueba de laboratorio que detecte el ADN del virus. Las muestras para esta prueba se toman de las lesiones en la piel.
Uno de los aspectos que se tienen en cuenta para el diagnóstico es si la persona ha viajado en las últimas tres semanas a países de África donde se da esta enfermedad. Los primeros síntomas aparecen unos 5 días después de la infección. El brote puede durar hasta 21 días, lapso en el que el virus puede contagiar a otras personas, por eso es importante no bajar la guardia antes de tiempo.
Aunque la viruela símica generalmente es una enfermedad autolimitada (que se resuelve por sí sola), el cuidado es crucial, especialmente para evitar la propagación y complicaciones. Las medidas incluyen:
Las personas infectadas deben permanecer aisladas hasta que todas las lesiones cutáneas hayan cicatrizado.
Si es necesario tocar objetos contaminados o si se debe tener contacto cercano, utilizar guantes y mascarillas.
En casos graves, pueden necesitarse cuidados médicos para manejar complicaciones, como infecciones secundarias o problemas respiratorios.
Aunque no hay un tratamiento específico aprobado globalmente, algunos antivirales y vacunas contra la viruela humana pueden ser efectivos.
La viruela símica es una enfermedad rara en muchos países, pero ha demostrado la capacidad de propagarse rápidamente. Afortunadamente, con medidas preventivas adecuadas, un diagnóstico temprano y cuidados apropiados, es posible evitar su transmisión y reducir la gravedad de los síntomas. La clave está en la información y en la responsabilidad individual y colectiva.
Si notas alguno de los síntomas descritos y, sobre todo, la aparición de brotes sospechosos, ponte en contacto con Coomeva Medicina Prepagada para tener un diagnóstico oportuno. Recuerda que, para nosotros, Cuidarte es Quererte.
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